EN EL PALEOLITICO DE SAGUA
Nuevos descubrimientos en el Territorio Indio de Sabaneque
nos indican el enorme interés que acumula cada día nuestra Villa del Undoso y sus alrededores donde ya algunos arqueólogos
norteamericanos ponen su atenta mirada.
En el año 1976 durante una exploración arqueológica
en la zona de “El Júcaro” (Río Sagua La Grande) nos sorprendió una pieza de silex a cuyo tamaño no estábamos acostumbrados.
Habíamos colectado infinidad de pequeñas piezas de nuestros aborígenes sagüeros y habituados a la su industria del “MICROSILEX”
, nos sorprende este nuevo “MACROSILEX” del río Sagua que se salía de una lógica establecida por la Escuela Arqueológica
Caribeña” (Ver Capítulo de exploraciones por el río Sagua). Por primera
vez poníamos en duda la datación más antigua que teníamos estimada en unos 2 mil años para así comenzar a “estirar”
la antigüedad de nuestra prehistoria hasta los 8 mil años, estimación de la época para un caso similar conocido como “El
Hombre de Seboruco”, en la provincia de Oriente, Cuba.
No obstante de estas rectificaciones cronológicas de nuestros antepasados el límite finalmente
ha quedado establecido en unos 10 mil años como la mayor antigüedad para para los primeros habitantes de la Isla de Cuba.
Pero el asunto comienza a complicarse con unas interesantes hachas de mano que están apareciendo en los alrededores de la
región sagüera y que nos dejan muy confundidos por tratarse de una industria desaparecida hace más de 70 mil años…
Nos asombra la presencia de enormes Bifaces en Cuba que
solo nos recuerdan al paleolítico europeo (los bifaces tempranos se remontan a ¡ medio millón de años en el tiempo ¡).
Junto a este curioso ajuar han aparecido unas “bolas
de piedra” (toscamente redondeadas) que nos impresionan sobremanera al identificarlas plenamente en los catálogos del
Paleolítico Inferior como los primeros instrumentos de caza a distancia que usó el hombre primitivo.
En nuestras exploraciones por el sur de los Estados
Unidos de América e Islas Bahamas nunca hemos tropezado con esta industria tan lejana (aunque continuamos rastreando), y
en ninguna galería arqueológica se exhiben estas piezas pasadas de moda hace muchos milenios; incluso, las piezas representativas
de la “Antigua Tradición del Núcleo Americano” (Core Tool) son muy recientes si se compara con los increíbles
Bifaces de Sagua que se pierden en la oscuridad de los tiempos.
Sin duda nos encontramos ante un misterio que solo
podrá ser aclarado con la dedicación de los exploradores sagüeros que guiados por el talento de mi buen amigo Raul Villavicencio
(el Villa) siguen aportando valioso tesoros para la arqueología local e internacional. Para tales efectos Villa y yo hemos
acordado realizar una intensiva exploración conjunta en Cuba, Florida y Bahamas para luego comparar resultados y así analizar
un posible éxodo a través del estrecho de la Florida de este extraño y antiguo hombre cubano que debió tener una gran fortaleza
para manejar estas grandes y pesadas hachas bifaces mucho antes de que nuestros débiles indiecitos manejaran sus pequeñas
petaloides pocos milenios atrás.
Recientemente (1996) he mostrado fotos y videos de
estas hachas a algunos arqueólogos e investigadores norteamericanos y estos han quedado profundamente impresionados con estos
hallazgos;” por primera vez ven en américa –dicen- lo que no debía estar en américa”. Copias también las
hemos enviado a Universidades americanas para que estén actualizados con estos
descubrimientos que en ocasiones no trascienden por motivos que conocemos. El primer medio en publicar la noticia en Estados
Unidos fue la revista sagüera “El Undoso” que recientemente en su número de Abril de 1996 llegó a manos de unas
1000 familias sagüeras por el mundo. Algunas páginas en Internet también nos han publicado la interesante noticia arqueológica,
pues en la propia Cuba no están apoyando plenamente a nuestros muchachos. A nuestros investigadores sagüeros se les ha acusado
incluso de “haber fabricado estas piezas”, porque la mente científica habituada a un esquema le es muy difícil
romperlo.
Paralelo a los descubrimientos de bifaces también el grupo “Delta” de Sagua está encontrando restos de
una dieta muy antigua mezclada con instrumentos líticos que pondrían la datación de nuestros primeros habitantes en épocas
escandalosamente lejanas. Los hallazgos se han hecho en los fondos fangosos de casimbas o pozos naturales donde antes no se
intentaban excavaciones arqueológicas. Entre la arqueología de los bifaces y
la paleontología de las casimbas se está armando el interesante rompecabezas del génesis cubano, todo esto unido a la fascinante
posibilidad de que también podamos encontrar algún hacha semejante en el sureste norteamericano o en las islas Bahamas. En
nuestras exploraciones por los Everglades hemos encontrado una especie de pozos naturales en los que pretendemos excavar para
el futuro inmediato y comparar los resultados con los del grupo “Delta” de Sagua.
Debemos aclarar no obstante que la aparición de una herramienta bifacial no muestra necesariamente un fechado definitivo para
sus fabricantes locales ya que el bifaz paleolítico ha tenido imitaciones hasta nuestros días en otras partes del mundo, lo
demostrativo e interesante de las pesadas hachas bifaciales sagüeras lo es el hecho que nuestro indiecito cubano de los últimos
10 mil años nunca pudo haberlas levantado con mucha facilidad, de hecho todos sus instrumentos líticos son casi unas miniaturas
(industria del microsilex); la fauna cubana a cazar tenía como representante de mayor talla a la “jutía” (Capromys),
un edentado poco más grande que un conejo. La dieta y los instrumentos encontrados en los miles de sitios excavados en Cuba
han hecho que la arqueología antillana se haya acostumbrado a ver unos 10 mil años de hombrecillos o liliputenses llamados
Taínos y Siboneyes como los primeros y únicos pobladores de la isla. Con el descubrimiento de estas grandes hachas de mano
bifaciales asociadas a la dieta compuesta por una fauna de gigantes desaparecidos en un pasado remoto del archipiélago, se
desmorona la idea del fechado tradicional que se le ha dado a los asentamientos antillanos y americanos, pero además introduce
el concepto de “otro hombre” más antiguo, más fuerte y de mayor talla, con una industria diferente que hasta
el momento no había detectado la arqueología antillana.
Nota: Posterior a este informe (1996) la verdad de los bifaces sagüeros se ha ido infiltrando
en círculos nacionales e internacionales provocando esto que ya se les preste más apoyo a los arqueólogos sagüeros y su seriedad
sea reconocida.
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